lunes, febrero 02, 2009

EN CASA DE PEPITO GRILLO-

  • ENTREGA DE PREMIOS DE LA FUNDACIÓN PRADA A TOPE
    PALACIO DE CANEDO -31 de Enero de 2009
    La FUNDACIÓN PRADA A TOPE hacía su primera aparición pública con motivo de la entrega de los premios del concurso de rehabilitación de arquitectura tradicional berciana (primera edición). A ella no sólo estaban invitados los participantes –una quincena de intervenciones en casas rurales- sino la plana mayor de la política berciana, a la que se añadía la presidenta de la Diputación leonesa, incluyendo un gran número de alcaldes y estudiosos e instituciones supuestamente veladoras del tema (I.L.C., I.E.B….)
    Todo presuponía que la ceremonia iba a resultar un "pesebre", es decir, un acto donde se ensalza al promotor, Prada -que resulta ser el primer galardonado por el reconocimiento social que implica la convocatoria. Un acto donde después de regalarse los oídos los asistentes, sobre todo en sus referencias a Prada, todo parece maravilloso para el público y los medios que allí se citan, que finalmente, degustan –o, mejor dicho, pacen- el vino español y los pinchos allí expuestos, para mayor gloria del anfitrión y del "¡qué buenos somos todos!".
    En la mesa de oradores estaban los tres políticos con mayores responsabilidades en la provincia y comarca. Con la impecable presentación del portavoz de la Fundación, Pedro García Trapiello, se dio paso a las intervenciones del Alcalde de Arganza, del de Ponferrada, del presidente del Consejo Comarcal -y también alcalde de Cubillos- y de la "Alcaldesa mayor", la presidenta de la Diputación.
    Todos se deshicieron en elogios a la personalidad del empresario, como era de imaginar. Lo más citado era su amor por la tierra y la defensa de ella, ejemplarizado en las dos primeras acciones de la Fundación: el Concurso de rehabilitación de arquitectura tradicional en dos modalidades, planta antigua y nueva planta; y la creación de un bosque autóctono en una cercana finca de unas 6 hectáreas de extensión. Todos remarcaban su amistad con el inefable promotor, como si de meros amigos se tratase. Oyéndolos uno pensaba si se estaban olvidando de quienes eran ellos mismos. Esos alcaldes, y los que estaban entre el público, son esos responsables políticos que son capaces de arrasar una sabina excepcional para instalar el macropolígono del Bayo, que no mueven un dedo cuando al reconstruido Peñalba, Telefónica lo ensarta de antenas parabólicas; que siembran palas eólicas en los montes; que son capaces de defender que la combustión de residuos, o los de las térmicas, no tienen consecuencias para el medio ambiente. Esos que en más de un caso están trabajando directamente para canteras y expoliadores, sin duelo por el medio ambiente que dejarán a sus hijos. Como si los valores que ven en Prada fuesen inasumibles para ellos, en una suerte de fatalismo alienante: -Sólo podemos hacer lo que nos dejan hacer.
    Menos mal que el anfitrión reventó las pompas de jabón lanzadas por sus compañeros de mesa. Sí. Aunque no hurgó en la llaga, Prada acabó con las flores y los violines. Esperamos que los invitados mayoritarios, los ediles con decisión política, se dieran por aludidos cuando el-berciano-hecho-a-si-mismo les espetó y conminó directamente a tomar su responsabilidad y confeccionar normas que eviten la degradación de la arquitectura popular y del paisaje. Pero también hubo para los vecinos, es decir, para los particulares: "La culpa también la tienen los vecinos de los pueblos que son unos putos egoístas y sólo quieren hacer lo más cómodo para ellos".
    En definitiva, lo que podía haber sido un pesebre, casi se convierte en una encerrona para los cargos públicos, principales destinatarios del mensaje de todo el acto. Eso sí, si Prada hubiera profundizado en la herida: en la falta de concienciación comarcal acerca de la fragilidad del ecosistema, de los valores del medio y de lo heredado y de los profundos daños irreversibles ya efectuados.
    De momento quedó como una regañina más de un personaje que repite una y otra vez algo tan sensato como que defender el patrimonio natural y cultural es una cuestión de futuro.
    Por "ARRANCADEIRA" para miradas3.com