jueves, enero 11, 2007

OPINION

SANTIAGO MACÍAS
Al otro lado, nadie
El pasado día 30 de diciembre, el país se conmovía con la noticia del atentado en la T-4 de Barajas e inmediatamente se apuntaba a ETA cómo autora del mismo. Un dato que más tarde confirmarían públicamente varios miembros del Gobierno en sus comparecencias, demostrando que han tomado buena nota de las consecuencias que puede traer la ocultación de la autoría de un atentado y la manipulación de la información sobre el mismo dependiendo de las circunstancias del momento.
Desde el atentado, ETA no había dado señales de vida oficialmente, y lo único que sabíamos era que por enésima vez habían truncado las ilusiones de los que creíamos en la paz. Pero esta semana, la banda daba a conocer un comunicado que demuestra su lejanía con la realidad, al apostar por mantener el proceso de paz y asegurar que responderán a cualquier agresión, cuando ellos mismos se han encargado de destruir ese proceso con una agresión que pone fin a más de tres años sin víctimas mortales.
De paso, el atentado viene a tapar la boca a los que, tras el anuncio del alto el fuego del pasado marzo y el inicio del proceso de paz, se dedicaron a asegurar que el Gobierno se había arrodillado ante los terroristas o que ya estaba en marcha la anexión de Navarra a Euskadi. Esos falsos profetas eran los mismos que lo habían intentado en 1998, eso sí, con el apoyo de todas las fuerzas políticas de la democracia.
El próximo sábado, en Madrid, está convocada una manifestación organizada por la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos, los sindicatos CCOO y UGT y que cuenta con el apoyo de PSOE, IU y un buen puñado de colectivos sociales. Pero la AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) ha sido la primera en confirmar su ausencia en la misma porque, según su portavoz, la marcha está politizada. Esa es la postura de un colectivo que ha convertido sus últimas concentraciones en actos políticos contra el Gobierno en lugar de muestras de rechazo hacia el terrorismo. + EN OPNION