lunes, noviembre 23, 2009

Veinte años de impunidad incendiaria

Muy interesante y autorizada colaboración de Jesús Nuñez acerca de los orígenes, causas y actuaciones en los incendios forestales. Jesús, profesionalmente vinculado a la gestión pública mediambiental, abre el debate, fuera de la temporada de riesgo, sobre las causas, los intereses económicos, la política de replantaciones, la improvisación, la impunidad y falta de rigor a la hora de hacer un análisis riguroso del grave problema en base a la desaparición del modelo productivo del mundo rural por parte de las administraciones competentes. El debate está abierto
  • Veinte años de impunidad incendiaria
    [...]. Volver a empezar una y otra vez, como Sísifo portando su piedra ladera arriba. Eso es el Bierzo, quemar y empezar de cero y esperar cien años para contemplar un bosque, y verlo arder un año, y otro, tantas veces, que las palabras no llegan para describir la sensación de odio e impotencia que uno lleva dentro tras veinte años de trabajo y cien de soledad [....] [...] los años 90 se aligeró la carga de personal fijo-discontinuo en el sector forestal público, en detrimento de la profesionalización y el empleo estable, aduciendo la enorme carga económica que suponía para las arcas públicas mantener el empleo un personal que podría haber asumido perfectamente la encomiable labor de cuidar nuestros bosques y poner en valor nuestros montes.
    Nada más lejos de la realidad esta argumentación, máxime cuando todos hemos visto como ha aumentado el gasto destinado a personal de libre designación, altos cargos, y el número de estos y sus asesores, y como el presupuesto que antes se manejaba con la contratación pública medioambiental no es ahora menor con la contratación privada, que, dicho sea de paso, más bien parece una fiesta a la que siempre acuden los mismos invitados a la hora de repartir el pastel, que una mesa de contratación seria y objetiva.
    [...]. La contratación de un servicio especializado de investigación de las causas de los incendios forestales como asistencia técnica en esta comunidad autónoma a la empresa EURAL (Europa Agroforestal S.L.) por un importe, en octubre de 2007, de 1.492.956 euros es, cuando menos, sospechoso [...] La utilización de empresas privadas en la investigación de presuntos ilícitos penales, como es el caso de los incendios forestales, art. 352 del Código Penal, en lugar de los medios propios, agentes de la administración, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, es una absoluta vergüenza[...] La lista de causas de incendio no deja de crecer y son de lo más dispar.[...] La perdida de la población rural y en consecuencia de una forma de vida ligada al medio natural, ha generado el abandono de predios y con ello el acumulo de una ingente cantidad de biomasa que no ha sido gestionada. La incidencia directa es una mayor dificultad a la hora de encarar la extinción del incendio, que en términos generales han aumentado en superficie al arder con mayor virulencia y hacerse grande más rápido.
    En resumen
    La Junta de Castilla y León trata el incendio forestal como un accidente. ¿Craso error, o intencionado matiz? La gestión del incendio como accidente puede diluir su responsabilidad, ya que un accidente se produce por causas ajenas a la gestión medioambiental, es decir, no se sitúa como parte del mismo, sino como un ente que facilita ayuda en caso de siniestro. Pero ¿En quien recae la tutela de los montes y los bienes medioambientales? ¿Quien cobra licencias y otorga permisos? Y sobre todo ¿Quién gestiona el presupuesto público?
    La junta de Castilla y León mantiene un operativo de extinción arcaico y obsoleto, escatimando dinero en personal de tierra, contratado a través de empresas privadas que escatiman a su vez a los trabajadores para poder obtener rentabilidad y cumplir los objetivos del contrato.
    La junta de Castilla y León destina insuficientes recursos a la prevención a lo largo del año para luego gastárselo en helicópteros y aviones propiedad de empresas del sector aeronáutico. Con su política de incendios no hace más que alimentar el negocio de la extinción, un suculento pastel al que, como se expuso antes, suelen aparecer los mismos invitados a la hora del reparto. En prueba de esto sirva el dato que aporta la propia administración en palabras de su portavoz José A. de Santiago Juárez “en lo que va de año se han registrado 2.085 incendios en Castilla y León, el 46% más que en el promedio de los años 1999-2008 y el 39% más que en el 2008, cuando se registraron 1.504 incendios”. ¿Más incendios, más dinero?
    Los insuficientes recursos destinados a la investigación y la actitud chulesca con la que se encara este asunto diciendo que la junta de Castilla y León conoce bien las causas de los incendios, incluso a los incendiarios, pone en evidencia, a la vista de los resultados, solo 9 detenidos con 2085 incendios, la pasividad de la administración autónoma a la hora de velar por uno de los derechos constitucionales, el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona y el deber de conservarlo.
    Queda mucho por hacer A principios de septiembre se habían registrado ya 580 incendios más que en el 2008 y se había quemado ya tres veces más de superficie forestal que el año anterior. Insisto, solo nueve detenidos con 2085 incendios encima de la mesa. [artículo completo en el blog de Jesus Nuñez]