Lo resumía gráficamente la viñeta de ayer de Manel Fontdevila y estaría bien que la cosa quedara en un chiste, pero no lo es. Cuando la jeraquia eclesiástica lanza esta campaña y a la vez demoniza y niega el uso del preservativo para combatir el SIDA, asegurando que es perjudicial para la salud pública abogando como única solución por “humanizar la sexualidad con nuevos modos de comportamiento (Fidelidad y castidad)”, la cosa no es de chiste y más teniendo en cuenta precedentes recientes dentro de su seno. El católico que exclusivamente tenga relaciones sexuales con el fin único de la reproducción que tire el primer condón. La semana pasada, la Conferencia Episcopal Española puso el grito en el cielo calificando de inaceptable que un hospital salvase la vida de un niño gracias al trasplante recibido de su hermano menor, seleccionado genéticamente para que naciese libre de su misma enfermedad. Bernardo Muñoz, de el Siglo de Las Luces, ayer escribió en su blog el post que pego a continuación sobre la demagógica campaña de la Iglesia Católica acerca de la regularización del aborto. (Por cierto, que hasta en el cartel han metido la pata: La especie de que figura en el cartel no es el Lince Ibérico, el de la foto es euro-asiático y mira por donde, no está en peligro de extinción)
- Especies protegidas
La Iglesia Católica de Estados Unidos pagó en 2008 un total de 436 millones de dólares para evitar juicios por pederastia hacia sus miembros. En total se presentaron 803 denuncias (un 16% más que en 2007) de las que más de la mitad corresponden a niños.
La verdad, no sé si un bebé español estará más protegido que un lince ibérico, pero estoy en condiciones de afirmar que un jaguar o un puma americano goza de más tranquilidad que cualquier tierno infante que merodee alrededor de una iglesia católica en aquel país.
Y es que mientras no se tiene constancia de que ningún felino haya presentado denuncia por enculamiento, son miles los niños que han acabado acusando a sacerdotes por abusos sexuales de todo tipo. Eso sí, estos curas son coherentes. No los matan, no. Sólo se los follan y a buen seguro sin condón, por lo que Benedicto XVI puede respirar tranquilo.
Y entretanto, quienes se autoerigen como defensores de la vida al condenar el aborto, tienen los santos cojones de estigmatizar el uso del preservativo, lo que llevará a una muerte segura a aquellos pobres desgraciados -en el sentido más humano de la palabra- que se lo crean.
Desde luego, cualquier africano, pobre y de religión católica, está mucho más cerca de la extinción que el lince o el alimoche..
Escolar dixit: "El Papa y los cardenales son un poco como los hermanos Gallagher. Cuando ya no se habla de ellos y la gente ya ni recuerda cuándo hicieron un disco bueno montan un escándalo para al menos salir en los papeles. Los periódicos se indignan, con razón, pero en el fondo están entrando en el juego. Los purpurados lo tienen claro: o aparecemos en los titulares o estamos muertos."