viernes, septiembre 05, 2008

Raimundo por El Bierzo-

  • RAI-MUNDO ENORME
    por arrancadeira para miradas3
    La sala Tararí reabrió su escenario después de obras de mejoras técnicas, especialmente las de las actuaciones. Tras el inicio de la nueva temporada con la contundente y solvente banda local Crackerman, la remozada sala acogía la actuación de un Raimundo Amador que no se prodiga discográficamente hablando en los últimos tiempos, por lo que la incógnita estaba servida. Desde el mítico grupo Veneno, pasando por los decisivos Pata Negra y sus andanzas en solitario o colaborando con otros músicos de la escena nacional (Calamaro, G4…), son más de 30 años de carrera de un músico intuitivo y honrado que fue piedra angular del llamado flamenco-blues. Si su actuación toma el pulso al estado de la fusión de esos dos primos-hermanos musicales que son flamenco y blues sólo podemos decir que su situación es más que saludable, excelente. Raimundo se explayó a lo largo de dos horas por diversos palos, cambiando hasta siete veces de guitarra, desde los limpios quejidos de la española y la acústica, a diferentes gerundinas eléctricas. El concierto le dio para todo, arropado por un combo entregado al coraje y virtuosismo de un Raimundo en plena forma. Hubieron también versiones varias: Dorantes, Allman Brothers, Bill Coghan…, guiños a Pata Negra (Lunático, Pasa la Vida, Pata Palo…) y a los éxitos personales de Raimundo (Boyeré,Gitano de Temporá...) Vibrante siempre fue el “duelo” constante mantenido con el teclista Álvaro que tuvo arrebatos energéticos que hicieron estremecerse a un público entregado desde el primer momento. Imprescindibles César “Güito” al cajón y el guitarra eléctrico y percusionista Luis Cortés que cantaba las letras que antaño le correspondían a Rafa Amador y que empieza a despuntar como la nueva generación del flamenco-blues, al igual que Raimundo junior, aunque a mayor distancia. Impecable también la colaboración puntual del joven guitarrista Mondelo, habitual de la Jam de la Sala.
    En resumen pudimos comprobar la buena salud del flamenco-blues, cuyo concepto se resume muy bien en el estribillo de la canción dedicada al barrio sevillano de las 3.000 viviendas: B.B King de noche, Camarón de día, de la mano de un Raimundo enorme, muy bien acompañado y en plena forma, que nos hace cantar ¡Ay qué gustito pa mis orejas!
    Arrancadeira