martes, julio 08, 2008

OPINIÓN | LA FRAGUA DE FURIL-

  • Bierzo polucionado
    MANUEL CUENYA
    CUANDO todo zurriburri creía, o nos habían hecho creer, que el Bierzo es un lugar idílico, hecho de verdor y pureza cuasi mística, valle de silencio, Tebaida de ríos sanísimos, hoya para recrearse, va y se nos cae el Ecce Homo del cielo y nos choven dioxinas y puterías por los poros de nuestra intra-ánima. El Bierzo mítico sólo pervive en nuestra memoria ancestral, en nuestro subconsciente florido y fantasioso, porque el Bierzo real, en el que vivimos, se nos sirve polucionado, en el aire y en el agua. De repente a uno le asalta una duda metódica, cartesiana, y se pregunta si en vez de morar en el Bierzo no estaremos en algún Distrito Federal cochambroso, donde la polución cubre, con su monstruosa sábana negra, cielo y tierra, como sucede a menudo en el Distrito mexica, urbe para ser sobrevolada más que pateada. Aunque los de Bierzo Aire Limpio, a quienes damos todo nuestro apoyo, se han encargado de echar abajo la aberración que pretende la Cementera Cosmos: la incineración de sustancias como neumáticos, harinas o grasas animales, la sacrosanta Junta de Castilla y León, a través de la Dirección de Prevención Ambiental y un discurso harto perverso, ha decidido, por sus fueros, furos y furanos que no pasa nada, que la cementera puede quemar lo que sea, aunque nos caiga la bilia encima el llombo, aunque castiguen nuestras viñas y árboles frutales, nuestros chopos ya de por sí torrados, y nos atufen con sus hedores malsanos. Que a lo mejor así atraemos el turismo rural y promovemos nuestro patrimonio natural [+ en DL]