Tras varios años sin recibir ayuda por parte de ninguna institución,
los vecinos decidieron ponerse manos a la obra y levantar ellos mismos el templo derruido, según explicó uno de ellos. El presupuesto que han necesitado para la restauración de esta iglesia fue de 16. 700 euros procedentes de una subvención recibida de la junta vecinal de la recaudación de la subasta de caza La iglesia sólo conservaba dos de las paredes y un arco. «El templo estaba totalmente olvidado y rodeado de escombros y zarzas», según apuntó uno de los vecinos. Un tejado nuevo, suelo de granito, una esbelta torre y la reconstrucción de las paredes ha dejado «como nueva a una iglesia destrozada».