Los retratos de otra época de garciaberciano nunca parecieron tan de otra época si miramos al cielo o al termómetro del mediodía en pleno mes de noviembre. Yo también tengo un primo, como la gente de bien, que me cuenta que a partir de todos los Santos empezaba el invierno formal, la lluvia era una constante y las nieves empezaban a blanquear las cumbres de Ancares, La Lastra, Los Aqulianos o Gistredo. No solo lo cuenta mi primo, también nos lo cuenta garciaberciano en su relato TIEMPOS DE LLUVIA para el blog miradas3- retratos de una época.
- TIEMPO DE LLUVIA
La cortina de agua menuda no deja ver ni El Malvís. Mansa, silenciosa, inacabable, la lluvia ha tendido ya desde hace unos días su manto sobre la Villa para recordarnos que ha llegado su tiempo, que ella es la reina y señora de Noviembre.Lejos quedan ya los últimos días de sol de octubre, los últimos para marchar por la antigua carretera a Toral en busca de membrillos, por el Camino de la Virgen a la caza de los últimos aceroles o Camino de San Fíz para disfrutar de las castañas y los magostos que marcaban un tiempo nuevo, el tiempo de la lluvia. La festividad de Todos los Santos era la frontera que marcaba un antes y un después. Hasta esa fecha los días eran más largos y soleados; por tanto, todavía propicios para alguna correría cuando el colegio lo permitía [.......]Las largas partidas a “la billarda” o “las bolas” habían quedaban ya aparcadas para mejor época. Con la tierra húmeda, las puntas grandes de la Ferretería de Serafín se convertían en el objeto más apreciado para jugar al “cometerrenos” o “las islas”. Serafín proporcionaba también otra de las distracciones más usadas en los otoños de los años 60: las “peonzas”; un pasatiempo que algunos de mis amigos eran capaces de “bailar” en las posiciones más inverosímiles, recortarlas con la cuerda o mantenerlas en la mano girando sinfín. [+ en retratos de una época]