El veterano pintor leonés Andrés Viloria falleció ayer a los 89 años
DAVID RUBIO/elmundo-lacronica.com/«De la única colección que presumo es de esta colección de amigos», decía Andrés Viloria en la inauguración de su última muestra individual en León, celebrada en noviembre de 2002. La sala Lucio Muñoz de la Junta de Castilla y León fue el escenario elegido para que el pintor berciano mostrara su obra más reciente. Trabajador silencioso, pintor metódico, investigador incansable de las posibilidades de la pintura, enamorado del Bierzo, adicto al riesgo dentro del mundo del arte, Andrés Viloria se convirtió poco a poco, aunque ya desde hace muchos años, en uno de los más destacados de los muchos pintores bercianos.
Él mismo confesaba que había «heredado» su pasión por el arte «de un hermano político que era maestro, con el que conviví y que, cosas del 36, falleció», decía Viloria con motivo de la inauguración de la que fue su primera gran muestra retrospectiva, celebrada en el edificio Pallarés en 1991. En ella expuso, además de 200 cuadros, varios objetos personales, entre los que llamaba la atención un boletín de calificaciones escolares que certificaba que, en 1936, había obtenido un Sobresaliente de Honor en Dibujo.
Pronto se adentró en el abstracto, que fue uno de los pilares de su pintura, y más tarde comenzó una preocupación especial por el color. De él siempre se dice que podía haberse convertido en uno de los más populares pintores españoles contemporáneos (entre otros grandes centros, cuenta con obra en la colección del Museo Reina Sofía) pero que, en cambio, prefirió quedarse en su Bierzo natal y trabajar desde allí, captando en sus cuadros los infinitos y poéticos colores de esta comarca.