Consternado está Bernardino: la fachada de su droguería ya no luce igual y a la calle de Aren le falta un icono.
Cincuenta y cinco años llevaba colgado en la fachada de la droguería de la calle Doctor Aren el gran termómetro que la casa Bayer obsequió a la droguería “Otero Del Palacio” allá por los años cincuenta. Era ya un clásico, como termómetro y como mobiliario urbano, una referencia casi obligada al pasar por delante de la droguería, pero mira por donde, a alguien amigo de lo ajeno se le ocurrió que quedaría mejor en su casa (o en su cuadra) a salvo de miradas curiosas de viandantes, y con nocturnidad y alevosía arrancó tornillos y tacos para llevárselo quien sabe donde.
El ahora propietario de la droguería, Bernadirno Ramón González, hace un llamamiento público: ¡Devuelvan el termómetro!......Desde que lo han robado la fachada de la droguería ya no es la misma y ya no se forman esos corrillos comentando el mucho frío que hace, el calor traicionero del veranillo de San Martín o lo que ha cambiado el clima en pocos años (que siempre es una conversación muy socorrida).
El ahora propietario de la droguería, Bernadirno Ramón González, hace un llamamiento público: ¡Devuelvan el termómetro!......Desde que lo han robado la fachada de la droguería ya no es la misma y ya no se forman esos corrillos comentando el mucho frío que hace, el calor traicionero del veranillo de San Martín o lo que ha cambiado el clima en pocos años (que siempre es una conversación muy socorrida).
Pensando que las posibilidades de que devuelvan lo sustraido no son muchas y considerando ese termómetro un poco como propiedad de todos, nosotros desde aquí también hacemos un llamamiento a la casa Bayer para que tengan un detalle con Bernardino y en honor a la historia del anterior, envíen otro termómetro de corte clásico que reemplace tan sensible pérdida